Por Dublín seguimos con bad weather: la lluvia termina apareciendo incluso en los días más prometedores, pero ya estamos acostumbrados. Vamos con un repaso de lo que hemos hecho estos últimos días:
Jueves, 9 de julio
El jueves fuimos a un rocódromo chulísimo, muy grande, donde unos monitores especializados nos explicaron (¡en inglés, claro!) algunas reglas sencillas de escalada.
Enseguida se animaron todos a participar...
¡Algunas paredes eran realmente difíciles!
Los que se cansaban o les molestaban ya las manos de tanto escalar, pudieron sentarse tranquilamente en unos sofás que había en la recepción y jugar a juegos de mesa o mirar revistas.
Viernes, 10 de julio
El viernes hicimos una excursión de medio día al pueblo costero de Bray. Las primeras horas hizo sol, por suerte la lluvia solo empezó cuando ya nos íbamos. Caminamos por el paseo marítimo y subimos una ladera hasta llegar a una pradera muy grande donde estuvimos descansando y jugando al aire libre, con carreras incluidas...!!
Y después hubo tiempo libre, un tiempo que algunos italianos valientes aprovecharon para probar la temperatura del mar. Nosotros fuimos más precavidos y solamente curioseamos por el paseo marítimo, que estaba lleno de atracciones de feria y puestos de chuches... Había muchísimas familias pasando la tarde con sus niños.
Sábado, 11 de julio
La excursión del sábado fue larga y completa. La primera parada fue en Wicklow, donde visitamos la antigua cárcel, restaurada y adaptada como museo educativo. Aunque su historia es algo triste y tenebrosa, la visita se hace muy entretenida, escuchando primero a un "guardia" disfrazado de carcelero que da la bienvenida a los chicos, y luego pasando por el patio, las galerías, y distintas celdas donde en ocasiones hay muñecos a tamaño real para hacerle a uno imaginar cómo sería la vida allí. Cada pocos pasos nos encontrábamos murales explicativos con la historia de los prisioneros, los motivos por los que se podía ir a la cárcel o los posibles castigos que les aguardaban... ¡uf!
Después de esto nos montamos otra vez en el autobús y emprendimos camino a Glendalough. Se trataba de una caminata por la montaña (el camino es muy sencillo) hasta llegar a unos preciosos lagos. El lugar está algo apartado, pero mereció la pena totalmente. Eso sí, cuando llegó el bus al principio de la ruta lo primero de todo fue comer, porque ya era la hora y teníamos bastante hambre; y una vez hecho esto, empezamos el camino hacia los lagos. A los chicos se les hizo amena la excursión porque íbamos en grupos mezclados con los compañeros de otros países, sobre todo italianos, y muchos fueron hablando en inglés entre ellos. Además, los monitores irlandeses procuran animar a los chavales a hablar en inglés, preguntándoles cosas e interesándose por ellos.
Esperamos que os haya gustado el reportaje y os mandamos "Kind Regards"!!
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